Ya estamos en época de vacaciones. Nuestro mayor deseo es desconectar y descansar pero no por ello hemos de descuidar nuestra alimentación, empezando por el desayuno.
Si
es así, has de tener en cuenta que, hoy en día, la mayoría de los hoteles ofrecen
los menús en forma de buffet libre,
algo que llama la atención y nos agrada pero que puede convertirse
en un arma de doble filo si no lo utilizamos bien.
Lo
que en principio parece una ventaja, la abundancia,
unida a la tranquilidad de no tener
prisa da como resultado comer sin medida.
Especialmente el desayuno que puede convertirse en la peor comida del día, en
nuestro afán por querer hacerlo completo e inmejorable, aunque solo sea unos
días al año.
La variedad de alimentos nos ciega
Buffet
libre no significa que tengas la
obligación de:
- Probarlo todo.
- Llenar el plato hasta rebosar.
- Comer hasta sentirte repleto.
- "Amortizar” lo que se ha pagado.
Buffet
libre significa:
Gran oferta y libertad
para escoger. Por tanto en tus manos está elegir la opción más saludable para
ti
¿Cómo sueles desayunar?
Si
eres de las personas que en casa ya hace un desayuno saludable puede que te encuentres con que en el buffet no
haya algunos de tus alimentos
habituales. Esto requiere poner un poco más de atención en lo que se elige y
cómo combinarlo. Muchas personas acostumbran a llevar en su maleta algunos complementos
como frutos secos, semillas, frutas secas, copos de cereales integrales, hierba
de trigo para añadir a zumos naturales, etc.
De
cualquier forma de vacaciones en un hotel se ha de ser un poco flexible,
adaptándose a la realidad para poder relajarse y disfrutar. De vuelta en casa ya desayunarás
a tu gusto.
Pero
si eres de los que durante el año suele desayunar
poco y mal, es decir, un café o un vaso de leche con un donut o unas
galletas, engullido de pies, no es momento de tomarse la revancha y comer todo
lo que haya en la oferta.
¿Que es lo más aconsejable?
Ahora
que dispones de tiempo para desayunar tranquilamente haz que la variedad juegue
a tu favor y no en tu contra. No te atiborres, está comprobado que en estos
casos se suele desayunar la mitad de calorías de un día completo y que se abusa
de dulces y de alimentos ricos en grasas. Esta actitud puede crearte un
desajuste alimentario y un tormento digestivo que se va empeorando a lo largo
del día con otros extras típicos de verano como la cervecita con la tapa o el
vermut, la paella de chiringuito, la copa por la noche y los helados a
cualquier hora.

Una
vez tomado esto, hay que darse un paseo
por el comedor para ver toda la oferta y decidir con calma:
- Si te has levantado con poca hambre porque has cenado mucho y tarde, etc. lo mejor sería tomar solo fruta (no mezclar demasiadas, y en el caso de sandía y melón mejor solos) y, si quieres, puedes tomar después una infusión. Pero si tienes la boca pastosa y la lengua blanquecina lo mejor sería tomar una infusión de manzanilla y nada más. Es la mejor manera de dejar que el cuerpo siga su proceso natural de limpieza que se está realizando a esas horas.
- Si te levantas con hambre y tienes la suerte de que en tu hotel dispongan de alimentos, mal llamados, “dietéticos” (en referencia a alimentos “no habituales” en supermercados o específicos para una dieta concreta) como son leches vegetales, pan integral variado, yogur desnatado, mermelada sin azúcar, endulzantes naturales, zumos naturales de frutas, zumos de verduras, cereales integrales tipo muesli (industriales no), etc., tendrás más fácil preparar un desayuno saludable.
Opciones:
Hay
que tener claro que a la hora de confeccionar un buen desayuno, y en cualquiera
de los casos, siempre hay que descartar ciertos alimentos poco saludables:
- La bollería superendulzada como son ensaimadas, madalenas, bollos, cruasanes, tartas, churros, bizcochos…
- Mermeladas o confituras.
- Cereales azucarados infantiles.
- Pan blanco, pan de molde.
- Leche entera.
- Fiambre y embutidos de todo tipo, salchichas, beicon, paté, ...
- Fritos en general.
- Huevos fritos y tortillas (suelen estas muy grasientos).
- Queso de barra, fresco, para untar.
- Margarina.
- Crema de cacao.

¿Que nos queda?
- Yogur natural (ojo, a veces ponen una crema de leche con aspecto de yogur)
- Café
- Infusiones
- Zumos si son naturales (envasados, no)
- Fruta entera (evitar macedonia preparada con almíbar)
- Frutos secos
- Hortalizas como tomate, pepino, y otras verduras para ensalada
- Cereales multigrano tipo muesli
- Aceite oliva
- Jamón serrano
- Queso de cabra
- Pan integral, pan de centeno, ...
- Mantequilla (muy poca cantidad)
- Huevo cocido.
Con
todo ello y adaptándote a las circunstancias puedes ir haciendo variaciones y
combinaciones cada día en función del apetito que tengas.
He aquí algunas ideas:
- Solo fruta, varias piezas.
- Yogur con cereales (tipo muesli) + frutos secos
- Yogur con fruta + semillas
- Pan integral con aceite y tomate y jamon serrano
- Huevo cocido con ensalada
- Pan con aguacate y tomate
- Pan con matequilla
- Leche vegetal (o en su defecto, desnatada) con cereales tipo muesli
- Vale, algún día puedes tomar algo dulce, pero que sea una excepción.
- Para beber, café, té, infusión o zumo natural, teniendo en cuenta con qué vas a combinarlo
Otros consejos:
- Toma raciones pequeñas, evita repetir y deja de comer antes de estar lleno.
- Empieza siempre tomando los alimentos más sanos así queda menos espacio para las “tentaciones”.
- Evita tomar azúcar (al menos reduce la cantidad) o edulcorantes artificiales con el café o la infusión.
- No acompañes el desayuno con zumos de frutas industriales. Si son naturales tampoco deberían acompañar a alimentos proteicos.
- Come despacio, mastica bien y no hagas demasiadas mezclas.
Reflexión
Me
imagino que estarás cansado de oir que el desayuno es la comida más importante del día. Este es un tema
complejo y muy amplio de abordar en el que entran en juego no solo las
costumbres familiares y tradiciones del lugar de origen sino la edad, el tipo
de trabajo, la actividad diaria, el tipo de alimentación… Por tanto es una verdad a medias y, como todo en la nutrición, es
necesario adecuarlo a cada persona.
Pero
la actitud actual de levantarse con la hora justa y solo preocuparse de no
llegar tarde, obliga a dejar de lado la atención
al cuerpo, es decir, cómo nos levantamos, cómo nos sentimos, qué necesitamos
hoy…
Un
día tras otro descuidando este momento acaba por pasar factura (malnutrición,
desordenes alimenticios, obesidad, enfermedades metabólicas,…)
Aprovecha las vacaciones
para poner atención en este aspecto, no te dejes guiar por la salivación que se
produce al entrar en los comedores de buffet libre. Antes de bajar al comedor bebe un buen vaso de agua templada y empieza a conectar con tu cuerpo, escucha con atención y dale lo
que te pide.
FELICES VACACIONES
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Excelente artículo.
ResponderEliminarSobretodo coincido en la parte de comer porciones pequeñas y evitar repetir alimentos. Es decir, una ves que elegiste la porción pequeña, mantente con eso y no te levantes a servirte más cuando hayas terminado.
saludos.
Gracias!! Bienvenidos
EliminarLevantarnos a por más comida o para probarlo todo son los errores que más se cometen en los buffets. Olvidamos la mesura y no prestamos atención a la saciedad. por eso antes de entrar en el comedor hay que detenerse a escuchar al cuerpo y solo darle aquello que necesita.
Saludos
Muchas gracias por el artículo. La verdad que cuando estamos en un hotel y con tanta comida por delante cuesta trabajo comer bien y no atiborrarse.
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