La primera parte de mi búsqueda la inicié situándome en la alimentación occidental como punto de partida. En la segunda parte quise comprender la dieta mediterránea, buceando en su historia. En este último artículo quiero investigar qué comen las gentes longevas.
¿Longevos y sanos? ¿Dónde?
En distintos puntos del planeta viven grupos humanos especialmente longevos que superan los 100 años, evidentemente, porque están sanos.
Entendemos que individuos sanos son aquellos que no sufren enfermedades (salvo aquellas banales, de rápida resolución, que no requieren medicación) y llegan a la vejez en plenas facultades.
Son poblaciones que viven (semi)incomunicadas, en lugares remotos de los Alpes, los Cárpatos, los Balcanes, el Cáucaso, el Himalaya, la isla de Okinawa, los Andes…
La industrialización no les ha colonizado y por tanto no toman alimentos procesados, ni azúcar, ni dulces, ni refinados. En rasgos generales su alimentación es sencilla, frugal y depende de la zona y el clima en el que viven, cada uno con su propia cultura y tradición (esto ya nos suena, lo vimos en la primera parte, lo mismo que observó años atrás Weston A. Price).
Podríamos encontrar elementos comunes en todos ellos como son la base de frutas y vegetales, tanto de cultivo como silvestres (con gran proporción de crudos), cereales cocidos, pescado y esporádicamente carne y lácteos. A todo esto, podríamos añadir que poseen agua de calidad, elemento que el Dr Pérez Calvo considera de alta importancia en la contribución de la salud.
Podríamos encontrar elementos comunes en todos ellos como son la base de frutas y vegetales, tanto de cultivo como silvestres (con gran proporción de crudos), cereales cocidos, pescado y esporádicamente carne y lácteos. A todo esto, podríamos añadir que poseen agua de calidad, elemento que el Dr Pérez Calvo considera de alta importancia en la contribución de la salud.
Su ingesta diaria es hipocalórica, algo que ahora los científicos creen indispensable para retrasar el envejecimiento. En este punto hay que hacer una aclaración:
Las dietas hipocalóricas de estos grupos son equilibradas o, al menos, adaptadas a sus necesidades, nada que ver con la ingesta hipocalórica que, por desgracia, sufren países subdesarrollados debida a grandes deficiencias en alimentos variados.
Y, por supuesto, tampoco con la restricción calórica de algunas dietas “milagro” que no se ajustan a los requerimientos personales.
Podríamos pensar que la causa de su larga vida sería la herencia genética, porque son de una raza más fuerte, pero una vez más, se ha comprobado que las personas que han dejado su lugar de origen y se han “occidentalizado” han “enfermado occidentalmente”.
Nos queda claro entonces, que la longevidad y la salud nacen de la alimentación pero es una verdad a medias, también es de vital importancia su estilo de vida, que se compone de un continuo contacto con la naturaleza, intensa actividad diaria y la ausencia de estrés crónico y de relación con contaminantes, tóxicos y radiaciones.
Okinawa, por ejemplo
La isla de Okinawa pertenece a un
archipiélago de numerosas islas, la mayoría deshabitadas, de Japón. Tienen una
cultura distinta a la japonesa, con lengua y tradiciones propias. Se le puede
considerar una zona pobre, pero mantienen el espíritu Yuimahru de cooperación e
intercambio entre vecinos. En ella existen pequeñas poblaciones especialmente
longevas como Ogimi.
Fue Makoto Suzuki, un médico
que se estableció en 1970 en la isla, quien realizó el primer análisis de
esta población. Pidió a Japón una financiación para un estudio de la longevidad
y la conclusión ya la podemos intuir:
A la herencia genética se une una
alimentación y un estilo de vida especial.
Usan siempre alimentos frescos, cocinan a
fuego lento sin tecnología moderna. Los platos están llenos de colorido con
amplia variedad de verduras y hortalizas, abundante pescado, algas. También
toman carne de cerdo, miso, derivados de soja y mucho té. No toman lácteos ni
gluten.
Sin embargo, en el resto de la isla la
vida avanza a otro ritmo. Ya llegó la “invasión de los
alimentos industriales” y los jóvenes empiezan a estar obesos.
Pero lo que más me ha llamado la atención
y me gustaría destacar son las tres características “filosóficas” de entender y
practicar la alimentación que tiene en esta isla:
- Kuten
gwa. Comer pequeñas porciones
- Nuchi
gusui. Medicina para la vida. (O como diría Hipócrates “que tu alimento
sea tu medicina”).
- Hara
Hachi Bu. Comer hasta que estés lleno al 80%.
Tres buenas costumbres que serían de gran ayuda a
los occidentales que utilizamos los alimentos como vía de escape, método de
celebración y/o forma de sentirse superior.
Otro ejemplo, los Hunzas
Viven en el Himalaya, al norte de
Pakistán, en una zona de difícil acceso. Fueron leyenda hasta que en el siglo
XX, con la llegada del Imperio Británico los occidentales tuvieron acceso a
esta zona.
Mc Carrison fue el primero que estudió a este pueblo. No
encontró ninguna de las enfermedades características del mundo occidental
(degenerativas, cáncer, úlcera de estómago,…) y sobre su longevidad dijo:
“…la vejez no debilita su visión, sus dientes se conservan intactos, el corazón sigue siendo capaz de realizar esfuerzos. La vida se extingue a edad avanzada, a los 120 años…”
Consideraba que todos estos hechos extraordinarios se debían a la forma natural de cultivar las tierras que, en suma,
determinaba su alimentación.
Eran frugales, toman abundantes cereales,
verduras y hortalizas y hierbas silvestres y frutas, poca carne (de caza) y
derivados lácteos. Pero la climatología adversa hace que en los inviernos
crudos su alimentación varíe, además de tomar los alimentos que han ido
conservando durante el buen tiempo aumentan el consumo de lácteos y proteína
animal, hasta que llega de nuevo la primavera.
Su actividad física es intensa ya que para
desplazarse diariamente a sus zonas de cultivo (dispuestas en terrazas en las
laderas de la montaña) tienen que salvar grandes desniveles.
Entre su población no existen obesos y los
niños lactan hasta los 2-3 años. No tienen asilos ni farmacias ni hospitales.
Llegados a este punto, vamos a recapitular
Sabemos que la Naturaleza nos ha preparado
para un funcionamiento determinado, para ello el organismo necesita diversas
sustancias que participan en importantes reacciones químicas continuamente y
las obtenemos a través de la alimentación. La ingesta de sustancias
indeseables altera estas reacciones y se pierde el control sobre el producto de
las mismas.
➽ En su origen el ser humano tenía un tipo de alimentación marcado por las circunstancias en que vivía.
➽ La evolución
humana ha llevado millones de años, durante los cuales la alimentación ha ido
variando despacio, fundamentalmente eran modificaciones en porcentajes de
nutrientes e incorporaciones de nuevos alimentos pero esto no afectaba
a la calidad.
➽ Con el desarrollo llega la industrialización y las nuevas
tecnologías y con ellas la invasión de sustancias desconocidas en
la naturaleza.
➽ Todo ello se ha hecho en un espacio de tiempo muy breve en
comparación con la larga evolución humana por lo que la adaptación es casi
imposible.
➽ La era de la información nos permite
encontrar en poco tiempo datos y conocimientos sobre distintas materias, lo
cual favorece la propagación y aplicación del Nutricionismo.
De manera que si aplicamos todo lo que leemos, cuando vayamos a comprar buscaremos nutrientes en lugar de alimentos: grasas monoinsaturadas en los bollos, vitaminas en las galletas, resveratrol en el vino, licopeno en la salsa de tomate, vitamina C en los zumos, omega 3 en la leche, mineral en los refrescos, fibra en el yogur, etc. Es decir, que de tanto mirar el árbol o mejor dicho sus raíces, hemos dejado de ver el bosque.
De manera que si aplicamos todo lo que leemos, cuando vayamos a comprar buscaremos nutrientes en lugar de alimentos: grasas monoinsaturadas en los bollos, vitaminas en las galletas, resveratrol en el vino, licopeno en la salsa de tomate, vitamina C en los zumos, omega 3 en la leche, mineral en los refrescos, fibra en el yogur, etc. Es decir, que de tanto mirar el árbol o mejor dicho sus raíces, hemos dejado de ver el bosque.
De tanto buscar elementos nutritivos dejamos de buscar
alimentos de verdad.
➽ La calidad de los alimentos que tomemos
dependerá de la calidad de la tierra en la que crecen (tanto
vegetales como animales). La agricultura actual es intensiva, explotadora y
química; no garantiza la calidad y se pone en tela de juicio su inocuidad.
➽ La
posterior manipulación, procesamiento e industrialización solo produce alimentos
sin vida.
➽ A medida que la sociedad ha ido
evolucionando ha entrado en un patrón globalizado de consumo de alimentos
industrializados, homogéneos y atemporales, desplazando a los alimentos
naturales y locales.
➽ Las dietas tradicionales propias que estaban adaptadas al
lugar geográfico y estilo de vida de la zona en que se vivía se han ido
desvirtuando y desplazando en favor de dietas mercantilizadas fuera de
contexto.
➽ La salud se ha ido resintiendo, aumentando las enfermedades
metabólicas, degenerativas, autoinmunes,...
➽ Los pueblos que han conservado sus
tradiciones (incluida su alimentación) sin occidentalizarse han sido capaces de
mantener su salud y alargar su esperanza de vida.
Sigo sin saber cual es la dieta perfecta
Dejémonos de modas, respiremos hondo y
recuperemos la cordura.
Para tener una dieta sana deberemos comer alimentos sanos, es lógico.
Pero, ¿es fácil conseguirlos? ¿Sabemos dónde están?
No podemos eludir que formamos parte de la naturaleza. Somos integrantes de un ecosistema en el que las interacciones entre los organismos hacen que fluya la energía de una especie a otra. La vida en el planeta depende del sol y del agua, con ellos nace la vida. Las plantas son capaces de transformar en materia la energía solar para que sirva de alimento a otros organismos.
Así se inicia la cadena alimentaria.
El primer eslabón lo constituyen las
plantas y las algas, seres autótrofos que crean su propio alimento. Después
vienen los consumidores, que se alimentan del primer eslabón pero a su vez
sirven de alimento al siguiente, son los animales herbívoros, y de igual modo
el siguiente eslabón, los carnívoros. Más tarde aparecen aquellos que aprovechan los restos, los carroñeros. Finalmente, la materia que queda en el suelo
procedente de partes muertas de las plantas, animales muertos, detritus, etc.
es utilizada por los organismos descomponedores, bacterias y hongos,
devolviendo a la tierra elementos que inicien de nuevo el ciclo.
En este incesante ciclo, la mayor
parte de la energía obtenida se utiliza en los procesos de respiración
y metabolismo, quedando una pequeña parte en forma de
estructura o reserva, que es lo que sirve de alimento al siguiente eslabón (en
un porcentaje que ronda el 10%). Así va pasando de eslabón en eslabón, con un
aprovechamiento de un porcentaje tan bajo que cuantos más pasos haya hasta el consumidor
final más energía y nutrientes se han perdido. Además, para poder extraer los
nutrientes de los alimentos es necesario hacer un gasto energético que
será mayor cuanto más arriba en la cadena alimentaria.
Por eso es fácil comprender que donde hay mayor cantidad de nutrientes y se precisa menor gasto energético para su metabolismo es en el primer eslabón. Las plantas son alimentos llenos de energía viva.
¿Qué alimentos deberíamos incluir siempre en la dieta?
Comer está quedando desvinculado del acto cultural y social que supone la producción local del alimento y la preparación casera de la comida. Por eso creo que esto es lo primero que hay que recuperar.
Alimentos locales
La tierra es un todo, pero a su vez, es un
conjunto de muchos todos, por tanto la globalización que puede parecer tan
armoniosa y tolerante se transforma en una homogenización y una alteración de
los procesos naturales, de la cultura, las tradiciones y la salud que se deriva de todo ello.
Haz consumo de proximidad. Aporta muchos beneficios, no solo a tu
salud (los productos están más frescos y puedes
conocer su procedencia) sino también a la
economía local y al medio ambiente (favoreces
a los productores locales y hay menos contaminación derivada del transporte).
Alimentos de temporada
Siguiendo el ritmo de la
naturaleza nos aseguramos de que estamos aportando a nuestro organismo los
nutrientes que necesita para vivir en cada momento según los ciclos biológicos.
¿Qué alimentos deberíamos excluir de la dieta?
Los pseudoalimentos u OCNIs. Los supermercados están llenos de OCNIS; es decir, de Objetos Comestibles No Identificados, que no se deben considerar alimentos.
¿Cómo los distinguimos?
Un OCNI suele venir envasado y ha de llevar obligatoriamente una etiqueta.
Es decir: Alimentos procesados industrialmente, comidas precocinadas,
dulces y bollería industrial, refrescos comerciales, zumos envasados, alimentos
refinados (harinas blancas, arroz blanco, sal, azúcar), snacks y apertivos
industriales, salsas, cereales para el desayuno, margarina, chucherías,
derivados cárnicos procesados y postres lácteos.
• conocer toda la terminología que se usa.
• tener la paciencia necesaria leer toda la lista de ingredientes.
Creo que es bueno aprender a leer etiquetas pero es mucho mejor evitar alimentos que necesiten llevarlas
Por eso me gusta tanto esta frase de Michael Pollan
Conclusiones
Todo este trabajo de investigación me ha llevado a confirmar que:
💬 El estilo de vida, la forma de comer y las dietas son personales y personalizables.
💬 Las dietas autóctonas y tradicionales están perfectamente adaptadas a los habitantes de la zona.
💬 La Naturaleza nos devuelve aquello que le damos. Si le damos vida nos devuelve vida, si le damos tóxicos nos devuelve tóxicos, ...
💬 Son muchos los factores que intervienen a la hora de establecer que alimentación es la ideal para cada uno de nosotros. Así que, huye de las modas, las falsas promesas y los milagros.
Si lo que necesitas es un cambio en tu alimentación o en tu forma de comer plantéatelo siempre con un único objetivo, que es mejorar la salud.
Adoptar una
nueva forma de comer no significa ponerse una etiqueta, creérsela y practicarla
como si fuera una doctrina.
Es más bien algo flexible, que te deja decidir en
cada instante sin sentir que incumples una norma.
Simplemente es encontrar esa
forma de comer que se adapta a ti, al momento actual que estás viviendo, a tus
necesidades y a tus gustos.
Y lo más importante:
El abuso de alimentos industriales altera los procesos metabólicos e impide que los nutrientes lleguen correctamente a las células. Es decir, contribuye a la malnutrición.
Comemos alimentos, no nutrientes. Tras un alimento sano vienen los nutrientes por
añadidura. Por tanto comer variado, local, de temporada, poco cocinado y
tradicional es el fundamento de una alimentación saludable sobre la que se
pueden hacer adaptaciones según cada caso.
He llegado al final de mi búsqueda.
Conocer otras formas de comer, otras culturas y otras necesidades nutricionales me ha llevado siempre al mismo punto: todas las dietas son el resultado de una adaptación al medio, de forma que la Naturaleza nos da en cada momento aquello que necesitamos, estemos donde estemos. Por tanto, ninguna dieta es superior a otra. No existe la dieta perfecta.
Si quieres volver a leer los artículos anteriores:
Buscando la dieta perfecta I para saber más sobre la dieta occidental
Buscando la dieta perfecta II para saber más sobre la dieta mediterránea
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