El estilo de vida y los hábitos alimenticios conforman nuestro estado de salud. Si no nos sentimos bien o caemos enfermos es señal de que no lo estamos haciendo bien. Es necesario, entonces, parar y escuchar al cuerpo. Con seguridad hay rutinas y actitudes que deben modificarse.
Ante esta situación, parece que se abriera un abismo ante nosotros pero pensemos que todo en el universo es cambiante, fluye, evoluciona y nuestra situación personal también. Por tanto realizar adaptaciones y cambios en la alimentación debería ser como una renovación fundamental para mejorar la salud.
Comprendí esto hace casi 20 años cuando, harta de mis problemas digestivos, decidí dejar de tomar leche. Fue una de las mejores decisiones sobre alimentación que he tomado en mi vida. El bienestar que obtuve solo con este cambio fue muy grande y marcó el inicio de mi aprendizaje.
Desprovista del desayuno tradicional empecé la aventura de buscar uno nuevo. Estaba a acostumbrada a desayunar bastante y no encontraba nada que me convenciera. (He de aclarar que era una época en la que no existía intenet). Así que empecé a leer libros sobre alimentación y terminé haciendo un Master de Nutrición. Así descubrí el método Kousmine y la crema Budwig.
Todos los cambios cuestan. Introducir un desayuno tan laborioso como la crema Budwig por las mañanas fue difícil pero logré alcanzar ese hábito con un poco de organización.
De esta manera conseguí el objetivo que buscaba (mejorar la digestión por las mañanas) pero, lo más importante fue que, además, inicié una evolución personal que aún continua.
De mi experiencia personal
y la investigación que realicé nace esta página que pretende ayudar e informar
Si quieres entender bien
el fundamento, el significado y los beneficios de esta crema te recomiendo que
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