Somos conscientes de que tenemos malos hábitos alimenticios y de que hay algunos alimentos que nos es difícil dejar de lado.
Te
propones cambiar.
Los cambios empiezan en el pensamiento. En tu mente tienes una idea que vas madurando hasta que te decides a llevarla a cabo.
El tipo de pensamientos que vayas creando en torno a ese cambio generan una emoción.
El pensamiento y la emoción son los creadores de la forma en que te enfrentas a ese cambio y de ello depende cómo será la realización y el resultado.
Por
tanto,
Abordar un cambio con un pensamiento positivo genera emociones de poder y de éxito y, además, aporta una energía extra para remontar el esfuerzo que vas a realizar.
Por el contrario afrontar la novedad con desconfianza y recelo genera emociones que te restan poder y capacidad, son emociones que minan tu autoestima.
Afrontar un cambio, desde la perspectiva de lo que hay que dejar, abandonar, genera una nostalgia previa y una sensación de pérdida que cuesta mucho superar. La idea es mirar hacia dónde vas, hacia los nuevos retos, en este caso, hacia los nuevos alimentos o forma de comer. La idea de lo nuevo, de la superación genera un ambiente optimista y una fuerza interior.
Es
necesario
Tener claro lo que se desea, realizar una planificación del proceso y tratar en todo momento de ver y valorar los aspectos positivos de cada paso. Así se generan las emociones empoderadoras.
No
debe faltar
Una dosis de sano egoísmo necesaria para apreciar el valor de nuestro propio cuerpo y aceptar la responsabilidad de cuidarlo como se merece.
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