El negocio de la
alimentación hoy en día es sinónimo de especulación, corrupción y manipulación.
Descubre todo lo que hay detrás de los alimentos que tomas cada día.
Comienza aquí una serie de tres artículos
que hablan de la alimentación desde otro punto de vista, situándolo en
un contexto de negocio lucrativo a nivel mundial, en el que la nutrición no es tenida en cuenta ni es el
objetivo.
>>>Aporto
abundantes referencias a artículos de expertos en la materia, así como vídeos
explicativos que quizás alarguen demasiado su lectura pero me parecía necesario
para la mejor comprensión de la situación y para que aquel que quiera pueda seguir ahondando en el
tema y, sobre todo, para que todos nos
hagamos conscientes y tomemos decisiones.<<<
PRIMERA PARTE: ANALIZANDO
LA ALIMENTACIÓN ACTUAL
LO QUE NOS DICEN QUE
COMAMOS
La historia de la evolución humana
es una historia de adaptación al medio. El hombre, desde la era
primitiva, siempre ha vivido de lo que
aportaba la naturaleza, pero en la época actual, la ha sobreexplotado,
modificado y manipulado a su antojo. Se han ido marginando cultivos autóctonos
de los distintos países y las distintas culturas de manera que hoy día con tan
solo 4 especies vegetales (trigo, arroz, maíz y patata) alimentamos al
60% de la población. Cada día comemos más cantidad pero menos variedad de
alimentos y de esta manera la codicia humana, de unos pocos, regula y controla
la alimentación del mundo.
La globalización nos ha llevado a
la homogenización de la alimentación, es decir, que una gran marca
produzca y venda el mismo producto por todo el mundo para que todos consumamos
los mismos alimentos procesados (OCNIs), en cualquier punto el planeta. Hemos dejado que la industria decida lo
que tenemos que comer dándonos la
impresión de que somos nosotros los que elegimos.
Esto ha dado lugar a que el patrón alimentario haya cambiado, se ha ido perdiendo la
cultura alimentaria tradicional y el excesivo contenido energético de las
comidas favorece el desarrollo de enfermedades.
Según José
E. Campillo “las enfermedades
metabólicas y cardiovasculares son enfermedades de la hiperalimentación”
y son el resultado de “la incompatibilidad entre el
diseño evolutivo de nuestros organismos y el uso que hoy les damos”.
Es decir, nuestro organismo,
nuestras mucinas y enzimas digestivas no están preparadas para las nuevas
macromoléculas químicas diseñadas por el hombre y esto nos está llevando a
nuevas enfermedades. Esta situación es fácilmente comprobable en pueblos o
etnias a los que no había llegado la comida industrializada, las consecuencias
han sido intolerancias y reacciones alérgicas a los mismos y el desarrollo de
enfermedades para ellos desconocidas hasta entonces.
Si quieres saber cómo hemos llegado hasta aquí:
Si quieres saber cómo hemos llegado hasta aquí:
LO QUE COMPRAMOS
La alimentación se ha convertido
en una mera ingestión de alimentos. No elegimos, no valoramos, no sabemos
discernir y, aún más, no queremos perder tiempo en elegir, valorar o aprender a
distinguir, en preparar los alimentos o en comer despacio. Hay siempre
demasiada prisa por hacer demasiadas cosas.
Pero si ponemos voluntad por saber
lo que comemos tampoco nos lo están poniendo fácil. El etiquetado alimentario
deja mucho que desear.
Hace bastantes años apareció un
etiquetado nutricional sencillo y práctico para el consumidor pero que
no era del agrado de la industria alimentaria. Estoy hablando del semáforo
nutricional. Su principal “inconveniente” era que resultaba sencillo para el consumidor identificar los
componentes nutricionales en cantidad y calidad, y cómo podrían influir en su
salud, por este motivo se boicoteó. Se llegaron a invertir millones
de euros para que este sistema no se implantara en Europa y contraatacaron con
el actual sistema de etiquetado que aporta mucha información pero de poca
utilidad para el consumidor que no tiene conocimientos al respecto.
DÓNDE COMPRAMOS
Es un sinsentido que llegue a tu
mesa un alimento que ha viajado cientos o miles de kilómetros cuando en tu
entorno más cercano alguien lo produce aunque sea a pequeña escala. Hemos perdido la costumbre de hacer la compra en nuestro barrio, en el mercado local, nos resulta más cómodo acudir a una gran superficie que nos ofrece todo lo que necesitamos.
Por otro lado la costumbre de
comprar los alimentos en los hiper/supermercados está cambiando los
hábitos alimentarios al introducir en la alimentación diaria cada vez más alimentos
procesados. Esta situación está llegando a los países menos desarrollados que
van modificando lentamente sus modelos alimentarios cayendo en el consumo de productos
globalizados y abandonando sus costumbres y alimentos tradicionales. En
algunos de estos países ya se han iniciados acciones legales contra las
prácticas abusivas de algunas grandes corporaciones que agrandan sus márgenes
de ganancia a costa de hacer bajar los precios a pequeños productores.
El Parlamento
Europeo afirmó en 2008: “los grandes
supermercados están abusando de su poder de mercado para bajar los precios que
les pagan a sus proveedores”.
En la actualidad son solamente 4
empresas las que comercian (compran, venden y especulan), a nivel mundial, con
materias primas de alimentos. Podemos enterarnos bien de quienes son y cómo
actúan en este artículo:
http://www.attac.es/2012/11/19/el-abcd-de-la-crisis-alimentaria/
LO QUE DESTRUIMOS
Cuando hablamos de biodiversidad,
pensamos en animales en peligro de extinción y una imagen tierna nos viene a la
mente, entonces, las acciones que se promueven para salvarlos nos parecen
correctas. Pero nos estamos olvidando de la biodiversidad agrícola, la
de nuestro entorno más cercano, la que nos da de comer, la obtenida por
pequeños productores y que estamos dejando perder cada vez que preferimos
comprar alimentos frescos que vienen envasados desde lugares lejanos a nuestra
residencia.
Antiguamente cuando un agricultor tenía una buena cosecha, conservaba las semillas. Era la manera de obtener buenas cosechas futuras y estaba haciendo, sin saberlo, una mejora genética y dando continuidad a una variedad de fruto. Hoy en día se compran las semillas, desapareciendo así la diversidad.
José Esquinas cree que gran parte de las especies cultivadas en los países pobres se están infrautilizando: "Nadie quiere invertir en dar de comer a los que no tienen con que pagar pero el potencial que tienen esos cultivos es inmenso. Muchos miles de cultivos los desconocemos y eso es una causa de la pérdida de la biodiversidad".
Antiguamente cuando un agricultor tenía una buena cosecha, conservaba las semillas. Era la manera de obtener buenas cosechas futuras y estaba haciendo, sin saberlo, una mejora genética y dando continuidad a una variedad de fruto. Hoy en día se compran las semillas, desapareciendo así la diversidad.
José Esquinas cree que gran parte de las especies cultivadas en los países pobres se están infrautilizando: "Nadie quiere invertir en dar de comer a los que no tienen con que pagar pero el potencial que tienen esos cultivos es inmenso. Muchos miles de cultivos los desconocemos y eso es una causa de la pérdida de la biodiversidad".
Con la Revolución Verde se
fueron dejando atrás especies autóctonas y se crearon grandes campos de
monocultivo de especies foráneas cuyas semillas nos vendían multinacionales que
a su vez nos vendían los fertilizantes y los pesticidas. Son las mismas
empresas que en la actualidad dominan el mercado de las semillas transgénicas
y los herbicidas altamente tóxicos.
La Revolución Verde puso su
objetivo en tres cereales arroz, maíz y trigo obteniendo variedades más
productivas y mejor adaptadas a distintos medios para poder alimentar al mundo.
Pero el resultado negativo fue que se abusó
de fertilizantes nitrogenados y plaguicidas, se deterioró la tierra y se
contaminaron las aguas freáticas, se dejaron de lado cultivos tradicionales, se
creó un a dependencia hacia las multinacionales que vendían los agroquímicos,
se destruyeron selvas, se expulsaron a sus
habitantes tanto personas como animales, una parte del mundo sigue
pasando hambre y los poderosos convirtieron los alimentos en objeto de mercado
financiero.
Hemos cometido el error de
utilizar la tecnología para adaptar el ecosistema a nuestro ritmo de vida y
solo estamos consiguiendo destruirlo.
LOS ALIMENTOS COMO INVERSIÓN
La
realidad actual sobre el abastecimiento y control de los alimentos en el
planeta es que está en manos de tan solo 10
empresas (con nombres archiconocidos).
En España
el 51% de la producción es comercializada por tan solo 4 empresas, cuyas
superficies comerciales se llevan el 40 % del total del comercio alimentario
español.
La cadena
agroalimentaria en un gran y suculento negocio. Pero cómo hemos llegado
a esto?
Lo explica muy bien Vicent Boix en este artículo:
El gran negocio agroalimentario http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1558
(…) “El principal
problema que enfrenta la agricultura agroexportadora, entendida como una
mercancía más dentro del supermercado global, es que las diferentes fases de la
cadena agroalimentaria (semillas, insumos, intermediación, distribución, transformación,
venta, etc.) se concentran cada vez en menos manos, y esta situación de oligopolio
da fuerza a estas ‘manos’ que determinan todo tipo de condiciones”.
La especulación alimentaria, el
mercado de futuros, etc. Son temas que la mayoría desconocemos pero que hacen
mover la balanza y enriquecer más a los ricos,
es decir, a un grupo pequeño de transnacionales que domina el sector y controla
el mercado sin importarle nada los países pobres que han sido explotados y
están pasando hambre.
La agricultura de hoy en día es agroexportadora,
esto quiere decir que su objetivo es la producción masiva de productos en auge,
por encima de cualquier otra consideración social o ecológica, y su poder se
concentra, cada vez, en menos manos que determinan hacia donde va el mercado.
Pero,
en qué consiste la especulación alimentaria?
En este
video (7 minutos de duración) queda claro cómo la especulación hace aún más
ricos a los ricos inversionistas mientras que se aumenta la miseria en los
países pobres.
Continua en el siguiente artículo
En la medida de lo posible estos artículos se irán actualizando y enriqueciéndose.
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