Tenemos que reconocer que nos hemos convertido en la generación de usar y tirar. Actuamos como si el planeta en el que vivimos no tuviera límites. Si seguimos con el sistema de producción y consumo actual nos acercaremos cada vez más a su agotamiento.
La soberbia humana nos lleva a creernos dueños de la naturaleza y que somos capaces de dominarla, cambiando la estacionalidad de frutas y verduras, colonizando con productos de moda nuestros campos (perdiendo así variedades locales), permitiendo que se patente un producto de la naturaleza solo porque lo hemos modificado en el laboratorio (que lejos de ser la solución para el hambre en el mundo esconde un afán de control ,por no hablar de los riesgos y repercusiones para la salud que pueden tener en un futuro), produciendo una ganadería intensiva, muy contaminante y que no respeta los derechos de los animales… En resumen estamos alterando el curso natural del planeta.
Que podemos hacer nosotros al respecto?
Ante este panorama nos sentimos también víctimas pero los consumidores, a pesar de ser el último eslabón del sistema económico, tenemos la capacidad de poder influir en la marcha de la economía.
Una actitud de consumo responsable se convierte en un instrumento de presión, tan fácil como no adquirir productos de empresas en la que trabajan niños, las que contaminan los ríos, las que maltratan a los animales, las que explotan a los países pobres, etc.
Aún no existe una legislación que contemple esto e informe a los consumidores de esta mala praxis pero hay organizaciones como CECU o Greenpeace que aportan información sobre algunos comportamientos empresariales.
Cómo podemos practicar consumo responsable?
- Consumir con criterio solidario. Consumiendo productos de comercio justo para contribuir al desarrollo de las economías de los países mas desfavorecidos y evitar que los beneficios vayan a parar a manos de los intermediarios. Además tenemos la garantía de que el producto ha sido elaborado en condiciones sociales y laborales dignas, apoyamos la permanencia de un proyecto productivo concreto y eliminamos la intermediación en la distribución.
- Consumir con criterio sostenible: consumiendo productos que respetan el entorno. Consumir productos locales, es decir, aquellos productos más cercanos para contribuir al mantenimiento de pequeñas explotaciones familiares y de las variedades vegetales autóctonas. Además, la contaminación por transporte y abuso de embalajes, es mínima.
- Consumir con criterio ecológico: Las famosas 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. El más importante de los tres es reducir ya que cada persona genera casi media tonelada al año de basura. Para ello debemos elegir aquellos productos que menor impacto ambiental generan, con una huella de carbono menor y evitar al máximo los envases y las bolsas de plástico.
- Consumir con criterio ético. Olvidando el consumismo como forma de alcanzar el bienestar y la felicidad.
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