El día 11
de septiembre, se celebra el día mundial
del árbol, instituido por Suecia en 1840 como reconocimiento a su
importancia en la vida humana y para concienciarnos de la relevancia que tiene
para el planeta el mantenimiento de los recursos forestales.
Mi pequeña
contribución a este día es contar la triste realidad: de un árbol, de como el hombre
está destruyendo la selva y como repercute todo esto en la alimentación y en la
salud.

Nutricionalmente
hablando, el aceite de palma es un alimento a evitar por ser un aceite
saturado, como la grasa animal, y por tanto produce un exceso de colesterol en
el organismo. A pesar de esto, su utilización está muy extendida como
ingrediente alimentario o como aceite de fritura en grandes locales de
restauración.
Pero no solo
es malo para la salud del hombre, también es malo para el planeta.
¿Cómo? Por la acción
del hombre.
La gran
demanda de aceite está fomentando la expansión de su cultivo. Para ello se está
procediendo a la destrucción (tala masiva y quema) de bosques tropicales y
turberas, en Malasia, Indonesia y algunos países suramericanos. En los
terrenos, una vez “limpios” se planta la
palma en grandes extensiones de monocultivo.
¿Qué consecuencias
tiene esta acción?
- Emisión de
millones de toneladas de gases de efecto invernadero, ya que las turberas
pueden arder durante 3 o 4 meses.

- Ataque a la
biodiversidad. Al eliminar el hábitat natural de numerosas especies vegetales y
animales, como por ejemplo el orangután.
- Desplazamiento
de indígenas autóctonos para usurparles los bosques. Al quedarse sin recursos y
medio de vida acaban convirtiéndose en mano de obra barata.
- Deterioro
lento de nuestra salud. El aceite de palma es un ingrediente que consumimos
diariamente sin saberlo ya que se encuentra en una gran cantidad de alimentos
como bollos, panes, dulces envasados, galletas, helados, salsas, margarinas,
aperitivos, alimentos congelados, alimentos precocinados...
¿Por qué se
permite esto?
- Fundamentalmente
por motivos económicos:
La gran
demanda actual del aceite de palma se debe, a que resulta muy barato para la
industria alimentaria y ofrece algunas ventajas técnicas en la elaboración de alimentos
procesados y todo ello sabiendo que no es bueno para la salud.
Además, la
plantación de la palma resulta una inversión muy rentable para las
multinacionales, por su bajo coste en terreno y mano de obra y, finalmente,
porqué también se lucran de la venta de la madera obtenida en la tala de
los bosques autóctonos.
- Con la excusa
de buscar recursos renovables, biodegradables y alternativas al petróleo las
multinacionales están obteniendo ayudas para su desarrollo. Pero resulta triste
y paradójico que para conseguir contaminar menos se esté llevando a cabo una actitud
tan antiecológica y contaminante como la deforestación de la selva.
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