Buscar y querer encontrar son términos que parecen similares pero durante un proceso de cambio de alimentación se convierten en cosas distintas. Ese matiz que le confiere la diferencia es el que nos lleva a conseguir la meta propuesta o a seguir en la eterna búsqueda.
El ser humano en su
proceso evolutivo personal siempre está buscando aquello que pueda mejorar su
vida, la satisfacción de encontrarlo es
inigualable.
Es un largo camino para el que estamos preparados, ya que nacemos con una enorme capacidad de desarrollo y de crecimiento personal a través del aprendizaje.
Pero cuando nos acomodamos dejamos de utilizarlo, entre otras cosas, porque huimos de las dificultades, que curiosamente en su mayoría, nacen de nosotros mismos.
Limitamos nuestro potencial con las barreras que nos ponemos y que hemos ido aprendiendo desde la niñez.
Es un largo camino para el que estamos preparados, ya que nacemos con una enorme capacidad de desarrollo y de crecimiento personal a través del aprendizaje.
Pero cuando nos acomodamos dejamos de utilizarlo, entre otras cosas, porque huimos de las dificultades, que curiosamente en su mayoría, nacen de nosotros mismos.
Limitamos nuestro potencial con las barreras que nos ponemos y que hemos ido aprendiendo desde la niñez.
En algún momento de
nuestras vidas algo nos dice que no queremos seguir así y nace ese deseo de
cambio. En un principio es inespecífico, nos cuesta detectar que aspecto o
aspectos nos generan malestar pero más tarde si somos capaces de observarnos a
nosotros mismos lo conseguimos. Este es el caso de quienes sienten la necesidad
de cambiar de alimentación.
Pero puede ocurrir que una
vez en el camino se topen con obstáculos y se vean invadidos por la dudas. Porque realizar cambios profundos, remover
antiguas creencias, y abandonar rutinas
muy arraigadas crea inseguridad. Te
sacan de tu zona de confort.
Es por eso que muchos son los que buscan pero son pocos los
que realmente quieren encontrar. Dicho de otra forma, pocas personas están dispuestas a aceptar lo que conlleva encontrar lo que
buscan: dejar su comodidad y explorar lo desconocido.
No
querer encontrar es un bloqueo profundo que se presenta en
forma de resistencias contra las que hay que luchar. Son resistencias inconscientes que provienen de la acomodación, en muchos
casos poco saludable, a la situación actual. Así que la situación es: una persona que desea un cambio de
alimentación, que inicia una búsqueda pero que, en el fondo, se resiste a
encontrarlo porque teme tener que dejar su actual comodidad.
Querer
encontrar significa que
tenemos claro el objetivo, que hemos fijado el foco, y que ante
cualquier obstáculo no dudaremos en poner lo que haga falta para salvarlo y
continuar adelante. Esto es justamente lo contrario a vivir en la zona de confort. Así que salir de ella supone romper
esa acomodación del tipo “más vale lo malo conocido…”. De manera que “lo bueno
por conocer” deje de ser algo nebuloso incluso oscuro que nos induce a pensar
que “estamos mejor así”.
Optar por no hacer nada esperando
que las cosas cambien solas y/o creer que sucederá un cambio fortuito e
involuntario es desperdiciar tu vida. Si realmente quieres algo, ve a por ello.
Así que, si te encuentras
en este punto: tienes la motivación, sabes el camino que vas a seguir y estás
dispuesto a romper tus antiguos hábitos, te ofrezco las claves en forma de
preguntas empoderadoras para buscar queriendo encontrar.
Empezamos:
Empezamos:
· PENSAR EN POSITIVO
Partir de una visión
negativa tanto de la situación actual como de lo que puede ocurrir si cambias,
es un mal comienzo.
La
idea central debe ser de avance, de
mejora y siempre formulada en positivo. La situación actual, por
muy negativa que sea se debe valorar con objetividad y como un PUNTO DE PARTIDA,
algo que vamos a cambiar porque TODO ES MEJORABLE
Por ejemplo: Si
acostumbras a no desayunar y la propuesta es tomar algo saludable antes de
salir de casa.
La versión negativa: Yo no suelo
desayunar, no estoy acostumbrada, me sienta mal y además me da pereza porque me
tendré que levantar antes y ensuciaré la cocina.
La versión positiva: Aunque no acostumbro
a desayunar me propongo empezar bien el día comiendo sano, así que dejaré preparado todo lo necesario el día anterior en
la cocina, me levantaré 10 minutos antes
y probaré durante…(poner un periodo de
tiempo suficiente para poder interpretar los resultados, no inferior a 21 días) para ver que tal me
sienta… (en este caso es conveniente tener previstos
varios modelos de desayuno para ir variando en caso de que haya que eliminar alguno por intolerancia) y encontraré la forma de ensuciar lo mínimo posible en la
cocina (buscar estrategias que te hagan más
sencillo este punto).
Como puedes apreciar
entre una visión y otra hay mucha diferencia. La versión negativa no deja
margen de maniobra, nos limita y mantiene en el encierro. En cambio la positiva
te ofrece una visión alegre y esperanzada, hay opciones…
Para poder dar el
salto entre una y otra es bueno cuestionarse cada una de las premisas y en este
caso la pregunta empoderadora más adecuada sería:
¿Cómo sabes que eso no
puede cambiar?
Plantéatelo
seriamente, se honesto contigo mismo y respóndete.
· DEJAR DE PONER EXCUSAS
Una vez iniciada la búsqueda, se abren ante ti distintos caminos, entonces solo hay que hacer una cosa, elegir la mejor opción.
Elegir no quiere decir acertar, no podemos ver el futuro y saber si hemos hecho lo correcto pero, al menos, vamos a dar un primer paso, un voto de confianza y ver que ocurre.
Pero si de cada opción solo ves el lado negativo y vas poniendo excusas e inconvenientes a cada una de las posibles alternativas que se presentan, es imposible avanzar.
De nuevo hay que pensar en positivo, mirar con perspectiva y abrir la mente.
Elegir no quiere decir acertar, no podemos ver el futuro y saber si hemos hecho lo correcto pero, al menos, vamos a dar un primer paso, un voto de confianza y ver que ocurre.
Pero si de cada opción solo ves el lado negativo y vas poniendo excusas e inconvenientes a cada una de las posibles alternativas que se presentan, es imposible avanzar.
De nuevo hay que pensar en positivo, mirar con perspectiva y abrir la mente.
El caso anterior nos
podría servir como ejemplo, en él vemos varias supuestas razones que bloquean
el avance y que son fácilmente superables. Pero busquemos otros.
Por
ejemplo: Por problemas de salud te han recomendado un consumo
diario de verduras variadas. Te van ofreciendo opciones para ir incorporándolas
en tu dieta y estas son tus respuestas a las propuestas: No me gusta el verde. No tomo ninguna verdura de hoja. No me
gusta la textura al masticarla, solo como verdura en puré. No me gusta
limpiarla, solo la compro si ya viene limpia y envasada. No tengo tiempo de
cocinar. A mis hijos no les gusta la verdura…
Otro
ejemplo: No como pescado porque de pequeño me clavé una espina y lo pasé muy
mal (aquella mala experiencia ha acotado tanto tu camino que ha creado una
barrera infranqueable al generalizar tu recuerdo con todos los pescados)
Una excusa cierra
puertas y delimita nuestra autoconfianza al ponernos nosotros mismos una etiqueta que justifica nuestra actitud, en la que creemos firmemente y que somos capaces de arrastrar durante toda la vida.
¿Qué hay que hacer? Dar un paso atrás y mirar esas barreras.
Míralas bien. Si pones atención verás que realmente no son barreras infranqueables porque en realidad son RETOS. Si, una situación difícil que hay que superar pero que tu puedes proponértelo como un objetivo. Porque un reto te hace despertar, te desafía y te pone a prueba.
En este caso la
pregunta sería:
¿Te atreves a probar?
¿Te atreves a probar alguna
verdura con una receta nueva? ¿Te atreves a probar un pescado sin espinas?
Si superas ese reto
ganarás un nuevo horizonte, una ampliación de tu mirada, nuevas opciones,
nuevas puertas y por supuesto, nuevas barreras y nuevos retos pero a cambio
obtendrás la increíble sensación de tener
el control de tu vida, la recuperación de tu autoconfianza y el compromiso
contigo mismo de seguir adelante.
Repasa tu lista de
excusas, elige una, la que menos esfuerzo te cueste resolver (es mejor empezar
con lo más fácil), plantéate un reto, y busca la manera de superarlo. Solo es
empezar.
· VENCER EL MIEDO
Si ya tienes la firme
decisión de cambiar, has hecho
frente a tus propias excusas y te
has planteado el reto, es inevitable
que empiecen a rondar por tu mente todo tipo de miedos, incluso disfrazados de
prudencia.
Muchos de ellos son infundados, otros son tergiversados, otros aparentemente coherentes, otros indetectables y además, puede que tu entorno contribuya añadiendo más cosas a tu lista de obstáculos.
Los miedos son pensamientos limitantes que encierran en un círculo muy pequeño tus posibilidades y no te permiten pensar con claridad ni ver más allá.
Muchos de ellos son infundados, otros son tergiversados, otros aparentemente coherentes, otros indetectables y además, puede que tu entorno contribuya añadiendo más cosas a tu lista de obstáculos.
Los miedos son pensamientos limitantes que encierran en un círculo muy pequeño tus posibilidades y no te permiten pensar con claridad ni ver más allá.
Es difícil explorar los miedos, sobre todo porque tendemos a mirar fuera cuando deberíamos mirar dentro de nosotros mismos para descubrir qué es lo que queremos realmente y como lo boicoteamos poniéndonos obstáculos.
Hay que aclarar que el
miedo es necesario en nuestras vidas, es la base de nuestra supervivencia como
especie desde la época primitiva. Pero en nuestro tiempo ya no existen los
peligros de antaño, ahora nos anticipamos a las situaciones que nos provocarían
miedo y nuestra mente se imagina el resultado, este es el origen de la ansiedad.
Por ejemplo: No te atreves a dar el paso de comer realmente como te gustaría porque tienes miedo a ser el blanco de miradas o comentarios, a perder el cariño de alguien, a dejar de ser quien eres, a perder tus raíces, a salir de la norma establecida, a no ser capaz de realizarlo o conseguirlo, a equivocarte, a no ser comprendido, a no cumplir las expectativas de otros, a lo que opinen los demás o lo que dirán si no lo consigues, a abandonar la rutina, a perder tu status, a ser diferente,…
Por supuesto, la solución
no es dar pábulo a los miedos, aceptarlos como ciertos y replegarse, sino hacer
frente a cada uno de ellos, valorarlos y sacar conclusiones.
Cómo se hace esto?
Cómo se hace esto?
-Lo primero es mirarlo desde fuera, como si el miedo perteneciera de otra persona o como si estuvieras viendo una película en el cine.
-Esta visión más amplia te permite detectar que
es lo que te impide avanzar. Es el momento de poner en duda lo que parece tan real e inamovible. Para ello lo mejor es cuestionar ese miedo:
¿Es realmente cierto?
¿Tienes la absoluta
certeza de que esto es o será así?
Llegado a este punto, si
te respondes con sinceridad, dejando a un lado consideraciones subjetivas,
habrás conseguido que aquel miedo haya perdido fuerza, haya cambiado de
aspecto, parezca irreal e incluso ridículo o, simplemente, haya caído.
-¿Lo has conseguido? Ahora es el momento de ponerte en acción.
-¿Lo has conseguido? Ahora es el momento de ponerte en acción.
En este caso la pregunta empoderadora sería:
¿Qué pasaría si decidieras eludir ese obstáculo/miedo?
Es importante ser sincero y honesto con uno mismo a la hora de responder esta pregunta (lo repito muchas veces pero es la base de cualquier cambio). Observa tus respuestas. Si es necesario, cuestiona cada una de ellas (utilizando las preguntas anteriores).
No imagines cosas, las situaciones catastróficas solo están en nuestra mente. Se realista, concreto y preciso:
¿qué ocurriría realmente?
La mayoría de las veces la respuesta es:
NADA , porque muchos miedos son infundados.
Pero si te cuesta encontrar la respuesta intenta visualizar un futuro cercano sin ese obstáculo, con aquel miedo superado. Qué ves, cómo es tu vida:
Es importante ser sincero y honesto con uno mismo a la hora de responder esta pregunta (lo repito muchas veces pero es la base de cualquier cambio). Observa tus respuestas. Si es necesario, cuestiona cada una de ellas (utilizando las preguntas anteriores).
No imagines cosas, las situaciones catastróficas solo están en nuestra mente. Se realista, concreto y preciso:
¿qué ocurriría realmente?
La mayoría de las veces la respuesta es:
NADA , porque muchos miedos son infundados.
Pero si te cuesta encontrar la respuesta intenta visualizar un futuro cercano sin ese obstáculo, con aquel miedo superado. Qué ves, cómo es tu vida:
¿Tu objetivo está cumplido?
¿Estás feliz?
¿Si?
Eso indica que el camino está libre y que ...
También te gustará:
Genial el ejemplo del desayuno para pensar en positivo...no cerrarse y buscar soluciones. Muy bueno. Es hora de cambiar cosas! Muy buen blog! :)
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita y tu comentario
EliminarCiertamente es hora de cambiar!!!
Saludos
Hola Ana,
ResponderEliminarHe visto casos en que a las personas les cuesta mucho cambiar su forma de comer, incluso aún estando en peligro de muerte por exceso de peso. Estos serían ya casos extremos, pero pienso que deberíamos aplicar tus consejos no sólo para cambiar de alimentación sino en muchos aspectos de la vida. Muy buenos consejos.
Un saludo y próspero año nuevo.
Tienes razón Natalia, los cambios son complejos, pero son lo que nos permite avanzar, crecer y ser más fuertes. El problema es que intervienen muchos factores en su desarrollo por eso me parece importante enviar una ayuda a aquellos que teniendo el firme propósito encuentran obstáculos y se desaniman.
EliminarGracias por tus palabras.
Saludos y Feliz Año